domingo, 9 de febrero de 2014

Febrero 9

Hace un mes, hubo un evento en el Teatro Adolfo Mejía. Tocaba un grupo de gitanos que mezclaban la cumbia colombiana con el flamenco. Ese día invité a alguien a ir, de verdad quería verla, pero ella no pudo ir. Y me dieron ganas de no ir yo tampoco. Pero fuí y una amiga me reconoció y llamó. Ella estaba con su hermana y una prima, y por alguna razón que no entiendo, enloquecí.

O bueno, si lo entiendo. Cuando dos personas que están un poco tocadas (locas) se encuentran a poca distancia entre sí, suelen potenciar sus locuras personales y actuar de maneras extrañas. Y eso ocurrió esa noche, la prima estaba loca, mucho y por un par de horas me liberé, me reí, me di la oportunidad de ser un yo que no siempre puedo ser.

Y hemos seguido hablando, pero ella me asusta. Me dice cosas que me ponen nervioso, que me halagan inmensamente, que me conmueven y me hacen sentir feliz de todavía poder afectar tanto a otra persona, pero me ponen nervioso porque si tengo razón, si ella me está viendo como sospecho que lo hace, entonces no sé... He estado del otro lado a menudo, pero llevo mucho tiempo sin estar de éste.



No hay comentarios: