lunes, 9 de febrero de 2015

40. Hijos

"A mi me gustan los niños, depende mucho de como se los prepare pero suelen saber bastante rico."

La anterior es una de esas frases hechas que repito a menudo. Lo cierto es que no me agradan los niños, mucho, pero durante mucho tiempo pensé en que sería lindo ser padre de una niña. Hubiera querido una hija porque fuí niño y creo que todos los niños suelen ser, por naturaleza, personas horribles; en cambio, nunca he sido niña y por eso puedo pensar, con la inocencia del ignorante que no sabe en qué se está metiendo, en tener una y ser feliz, o algo similar.

En algún momento andé con alguien con quien nunca se habló de hijos pero en cierta forma se daba por hecho que era algo que ambos, más o menos, habíamos aceptado como parte de la vida. De vez en cuando nos golpeabamos con el codo y señalabamos a una niña o un niño, entonces deciamos algo como: "Nuestra hija no se pondría esas cosas" o "nuestro hijo tendría prohibido jugar ajedrez, qué horror" y otras cosas por ese estilo. Se daba por hecho pero jamás nos dijimos frente a frente que en nuestra visión de futuro hubiera niños. En mi caso, me gustaba jugar con esa paternidad hipotetica pero no me hubiera sentido cómodo con una paternidad real, no me sentía lo suficientemente inteligente, responsable y maduro para encargarme de mi propia crianza ( a pesar de que llevaba años haciendolo), mucho menos me gustaba la idea de tener el futuro, la vida y el crecimiento de otra persona.

Eso cambió, sin embargo, cuando soñé con mi hija. La vi, frente a frente, jugando en un parque y sonriendo, la vi correr, la vi abrazarme, me sentí lleno de una felicidad distinta a todo lo que había experimentado. Entonces desperté y se me ocurrió que quería una hija a la que llamaría Emilia. Y la felicidad del sueño me llenó por semanas. Yo sé que emocionarse por un sueño es bastante estupido, el sueño no es real, no es una profecia. No soy tonto, pero me hizo ver que uno nunca está preparado y que yo tenía caracteristicas que podrían hacerme un padre decente.  Pensé entonces que sí me gustaría tener hijos, eventualmente.

Ultimamente ya no estoy tan seguro. Evidentemente no quiero tener hijos ahora, "después" siempre parece un mejor momento para hacerlo. Y quizás Emilia haya sido solo la consecuencia de ver demasiados capítulos de Gilmore Girls seguidos. En todo caso, el año pasado conocí a una mujer que me recordó a Emilia, y me sentí feliz de saber lo increible que podría haber sido. Con eso cerré el capítulo, me despedí de mi paternidad y hoy, cuando me preguntaron si tener hijos hacía parte de mis planes a futuro, pude decir con toda honestidad que no, que yo era un soltero feliz y que no planeaba ser otra cosa.

Planear es quizás la palabra clave. Uno planea pero la vida es una caja de sorpresas y uno nunca sabe quien va a ser mañana.

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