domingo, 19 de enero de 2014

Enero 19

Como sigo más o menos de vacaciones hasta tener trabajo, me he estado acostando tarde, lo que significa que he estado viviendo hasta tarde, viendo peliculas, leyendo libros, jugando play, ignorando a la gente de facebook, siendo feliz y pensando en lo rico que sería salir con alguien, justo ahora cuando puedo dedicarle todo el tiempo del mundo y tengo fondos de salida.

Hace años que no salgo con nadie. Hoy me encontré con un viejo amigo en Caribe Plaza y me mostró a su segundo hijo, un pequeño y lindo humanoide de seis meses. Su hijo mayor tiene siete años y, si bien se parece más a la mamá que al papá, tiene una mirada picara y curiosa que también tenía mi amigo a su edad, y que le ayudó a enamorar a no sé cuantas mujeres...  Me vió con mis dos primos y me preguntó que para cuando el sobrino ( porque por razones que tal vez cuente un día, somos (fuimos) casi hermanos e incluso vivimos en la misma casa durante casi dos años.). Le dije que nada, que le va a tocar esperar por los menos unos siete o diez años y me reí. Y me dijo: pero sí debes tener novia, ¿no has pensado en casarte?. Le dije: nada, allí hay varias candidatas pero nada seguro. Me reí. El me miró serio, en su epoca de soltero fue un poco perro y, en consecuencia, no le gustan ese tipo de comportamientos ahora que es casado. Le explique que lo quería decir es que he conocido personas que me gustan, incluso a una persona que me encanta, pero que por una razón u otra, simplemente no he querido perseguir nada con ninguna. Se quedó más tranquilo y lo dejé para que fuera a cambiar a su hijo, que me miraba con los ojos muy abiertos, y me fui a comer un helado en Crepes and Waffles.

A mi no me mata C&W, me parece que es como un restaurante para mamás, lo suficientemente variado para que se sientan atrevidas probando cosas raras y lo suficientemente conservador y simple para que no se sientan fuera de lugar, ni encuentren sabores que las incomoden. No me mata, pero hacen rico helado y a mis primos les provocaba comer waffles. Estando allí me puse a pensar en algo que pasó hace un año, se me ocurrió llamar a una amiga ( Algo así en todo caso. Nunca habíamos hablado en persona aunque estudiamos en un par de clases juntos, pero si habíamos interactuado a menudo en Facebook) y decirle: Hey, estoy en Bogotá y me gustaría que hicieramos algo juntos, nada raro, almorzar y hablar.

Cuando nos encontramos estaba super nervioso,  pero nos saludamos un poco extrañados y nos sentamos en una mesa desde la que ella podía vigilar la entrada.  Empezamos a hablar de una cosa y de otra, y me di cuenta de que me hacía falta hablar con alguien adulto, y que me hacía falta, sobre todo, hablar con alguien con intereses similares a los mios y de mi edad. Fue una buena tarde, una conversación grandiosa,  un rico almuerzo y quedamos en que la proxima vez que fuera, y tuvieramos tiempo, volveríamos a hacerlo. En cierta forma, aunque no lo era, me sentí un poco como en una cita.

Y cuando me acordé de eso en C&W, pensé en que no me mata, pero el local tiene su encanto para llevar a alguien especial con quien uno está dispuesto a ser visto en público. Extraño salir con otra persona, a veces salgo con amigas (normalmente de a dos porque a veces es dificil poner a varias de acuerdo y porque mis mejores amigas no se conocen muchro entre sí) pero no es lo mismo, no existe ese subtexto encantador que brinda el romance, no hay miradas significativas, ni esa dulce coquetería de compartir los postres o entrecruzar los brazos al cruzar la calle. No sé, sería rico salir con alguien, pero los astros no se alínean.

No hay comentarios: