sábado, 25 de enero de 2014

Enero 25

A mi me gustaría conseguirme una mujer mayor, culta y disponible (soltera, viuda, divorciada, otros) para que me sirviera como asesora de imagen, para que me culturize, para que hablemos de cosas hartisimas, como la utilización de las metaforas primitivo-conceptualistas en las obras derivadas de las cartas de Kafka a su padre, a la luz de las velas mientras compartimos un rico vino rojo y me dice: nene, no sabés lo rica que me hacés la vida.

Me gustaría conseguirme una mujer mayor que entienda de todas esas cosas crudas de las que yo no sé nada. Que sea capaz de decirme todo lo que piensa, desea y necesita; que me mantenga en la cuerda floja sin saber cuando está jugando conmigo y cuando está siendo seria. Que me lleve a bailar tango por la simple razón de que se siente invadida por la nostalgia de sus milongas de juventud. Que me sepa sorprender con pequeños gestos, que me enamore todos los días con la dulce persistencia de quien sabe que todo dura lo justo, ni más ni menos, y que si bien debe aprovecharse cada segundo del amor,  no hay razón para apresurar las cosas hermosas.

Me encantaría conseguirme una mujer así, pero creo que también sería igual de maravilloso (quizás más) ser ese tipo de hombre para alguien.

1 comentario:

Sasa dijo...

La madurez es atractiva. El último párrafo, que te saca de tus deseos para satisfacer los de otra, demuestra que la tienes.