lunes, 12 de enero de 2015

12. Cartagena

Mucha gente cree que no quiero a Cartagena sólo porque prefiero vivir, trabajar, amar y todas esas cosas cheveres, en cualquier otra parte. Yo sí quiero a Cartagena, he vivido  en ella unos 24 años más o menos, y algo de ella se va quedando dentro de uno. Hay amores profundos y sinceros que nacen de la costumbre, y así es mi amor por esta ciudad. El problema es que no hay más nada entre nosotros que eso, no hay pasión, no hay admiración, no hay amistad. Entre Cartagena y yo sólo existe la costumbre de coexistir pacificamente.

Algo similar me pasa con mucha gente. Me agradan, me entristecería que le ocurriera algo como que se cayeran de un lugar alto o se enfermaran de algo serio. Sin embargo, eso no significa que me interese compartir tiempo con ellas. El cariño no implica tener la obligación de quedarse con alguien que no encaja en el rompecabezas que es la vida de uno.

No hay comentarios: