viernes, 2 de enero de 2015

2. Bienvenidas y regresos

Hay una historia que he intentado escribir durante años, consiste en el regreso de un hombre a su casa en medio de la noche. Él había partido unos años antes y teme encontrarse con su familia porque sabe que no le van a recibir con cariño sino con reclamos. Aún así, regresa a su casa, quiere verlos, saber que están bien, no está seguro de que le permitan quedarse. Sin embargo, cuando es descubierto, le piden que no se vaya más, que lo extrañaron, que lo quieren.  Probablemente sea una historia tonta, pero es muy cercana a mi corazón.

La historia se me ocurrió porque un día volví a un lugar que había sido como mi casa. Me había ido unos 4 años antes sin despedirme ni contarles a donde me iba. Sólo desaparecí, y nunca volví a contactarlos, pero, cuando me encontré con las mujeres que regentaban el lugar, me abrazaron, me besaron y fue como si nunca hubiera pasado el tiempo, como si siempre hubiese permanecido a su lado.

Ayer me pasó algo similar. Hace un año me separé de una amiga, pero ayer me dió por visitarla. No le avisé nada, sólo llegué a su casa, pregunté por ella y la abracé cuando salió. De nuevo, esperaba comentarios mordaces, quizás algunos reclamos, pero las cosas no ocurrieron así. Todo fue cariño.

Creo que soy una persona con mucha suerte, cuando regreso siempre obtengo cariño. También cuando la gente regresa solo obtiene de mi cariño. Soy demasiado infantil para mantenerme molesto con la gente y demasiado terco para dejar de quererla. Sólo digo que ahora que está iniciando un nuevo año, espero que en mi futuro aún hayan muchos regresos y bienvenidas cariñosas.

No hay comentarios: